#022 🧠 Carol Dweck: motivación, objetivos y mentalidad | Aprendiendo a aprender (IV)
Inercia por cultura, inmunidad al cambio y el poder del todavía
Después de Marie Curie, Naval Ravikant y Tim Ferriss, retomamos la serie de Aprendiendo a aprender para hablar de una de las investigadoras más influyentes en la ciencia del aprendizaje: Carol Dweck.
Dweck obtuvo un doctorado en Psicología en Yale y realizó un posdoctorado en Harvard. Fue profesora en las prestigiosas universidades de Illinois, en la de Harvard y en la de Columbia. Actualmente sigue dando clases en la Universidad de Stanford. Dweck es reconocida en el campo académico por sus investigaciones sobre motivación, personalidad y desarrollo, y se dio a conocer con la idea de la mentalidad de crecimiento, de la que ya hablamos en el episodio catorce del podcast.
Además de la mentalidad, en esta edición hablaremos de cómo los objetivos que eliges influyen en cómo aprendes y de la gran olvidada del aprendizaje: la motivación.
¿Qué te motiva a aprender?
Mucha gente piensa que la motivación es simplemente un estado emocional pasajero. Las redes sociales, inundadas de frases que sugieren que deberías actuar independientemente de cómo te sientas, refuerzan esta idea. Sin embargo, la motivación es mucho más profunda: es el porqué detrás de tus acciones. Este motor interno es crucial para empezar, mantener y completar cualquier proceso de aprendizaje. A mayor motivación, mayor esfuerzo dedicado y, cuando este esfuerzo se dirige adecuadamente, mejores resultados.
Dweck fue una de las pioneras en estudiar el impacto de la motivación en el aprendizaje. A finales de los 70, Dweck identificó dos patrones motivacionales que afectan profundamente cómo aprendemos y a cómo nos enfrentamos al fracaso:
El patrón adaptativo (o «orientado al dominio»), que se caracteriza por buscar de forma activa desafíos y persistir frente a los obstáculos. Las personas con este patrón suelen disfrutar del esfuerzo mientras buscan dominar una tarea. Para ellas, los errores son información útil y los obstáculos son oportunidades para perfeccionar sus estrategias de aprendizaje.
El patrón desadaptativo (o de «indefensión») que se caracteriza por evitar los desafíos y tirar la toalla ante las dificultades. Quienes presentan este patrón suelen experimentar ansiedad y pensamientos negativos cuando se enfrentan a obstáculos e interpretan cada error como una evidencia de su falta de capacidad.
Dweck descubrió que estos patrones de motivación no están determinados por la inteligencia o el talento. Personas con capacidades similares pueden mostrar patrones de motivación completamente diferentes en función de sus creencias y de los objetivos que persiguen.
¿Cuáles son tus objetivos?
La motivación suele dirigirse hacia unos objetivos concretos. En sus investigaciones, Dweck identificó dos tipos de objetivos que transforman por completo nuestro aprendizaje:
Los objetivos de rendimiento están dirigidos a demostrar tus capacidades a los demás y a conseguir elogios. Están centrados en el ego, en aparentar. Las preguntas que guían a quien adopta este tipo de objetivos son: «¿Pareceré inteligente?» o «¿Evitaré parecer idiota?». Un ejemplo es buscar sacar un 10 en el examen de Historia para poder presumir de ello.
Los objetivos de maestría están dirigidos a aumentar tus capacidades y a dominar nuevas habilidades. Están centrados en la tarea, en aprender. Las preguntas que guían a quien adopta este tipo de objetivos son: «¿Qué puedo aprender?» o «¿Cómo puedo corregir mi error?». Un ejemplo es buscar entender la fascinante historia del dinero para descubrir el enorme impacto que esta tecnología ha tenido y tiene en nuestras vidas.
En el fondo, es aquello que suele decir Warren Buffett sobre la diferencia entre medir nuestra vida por un marcador interno o hacerlo con uno externo.
El efecto de estos objetivos en el aprendizaje es profundo. En sus investigaciones, Dweck descubrió que los estudiantes con objetivos de maestría produjeron más trabajo (crucial teniendo en cuenta que el aprendizaje es un proceso activo) y desarrollaron una mayor capacidad para aplicar lo aprendido a nuevas situaciones.
La buena noticia es que la orientación hacia objetivos de maestría o de rendimiento no es una característica fija de la personalidad. Podemos elegir conscientemente por qué aprendemos y qué objetivos perseguimos.
¿Qué piensas de tus propias capacidades?
Tus creencias influyen en tu aprendizaje. De entre estos pensamientos subjetivos sobre el funcionamiento de la realidad, uno de los que más impacta en tu aprendizaje es cómo piensas sobre tus propias capacidades. A esta creencia Dweck la llamó mentalidad. Al pensar sobre nuestras capacidades podemos adoptar una mentalidad fija o una mentalidad de crecimiento.
Alguien con mentalidad fija piensa que sus capacidades no se pueden cambiar, que son entidades grabadas en piedra. En cambio, alguien con mentalidad de crecimiento piensa que sus capacidades pueden mejorarse, que se pueden incrementar con trabajo, esfuerzo y aprendizaje.
Para dejar clara la enorme influencia que tiene la mentalidad en el aprendizaje y en la vida de las personas, Dweck la compara con elegir el mundo en el que habitas. Escribe en su libro Mindset: La actitud el éxito: «En un mundo, el de los rasgos fijos, el éxito consiste en demostrar que eres inteligente o tienes talento. Validarte a ti mismo. En el otro, el mundo de las cualidades cambiantes, se trata de esforzarse por aprender algo nuevo. Desarrollarte».
Una persona con una mentalidad fija evita los retos, se rinde frente al mínimo obstáculo, ve el esfuerzo como algo inútil e ignora las críticas constructivas. Esta visión determinista de las capacidades termina en una profecía autocumplida: las capacidades de la persona con mentalidad fija se estancan.
Una persona con una mentalidad con crecimiento busca los retos, persevera frente a los obstáculos, ve el esfuerzo como uno de los ingredientes del éxito y busca críticas constructivas que le ayuden a mejorar. Esta creencia de que las capacidades pueden mejorarse no es garantía de poder, pero si es el camino para descubrir tu verdadero potencial, que es imposible de alcanzar sin pasión, esfuerzo y paciencia.
Todos tenemos mentalidad de crecimiento en algunas disciplinas y mentalidad fija en otras. Con otras palabras: la mentalidad de crecimiento no es absoluta, sino que depende del contexto de aprendizaje. Puedes tener mentalidad de crecimiento para las humanidades y mentalidad fija para las matemáticas; o al revés.
Mejora tu aprendizaje
Las investigaciones de Dweck revelan que motivación, objetivos y mentalidad, no funcionan de manera aislada, sino que forman un sistema interconectado que determina cómo aprendemos.
Nuestra mentalidad (lo que creemos sobre nuestras capacidades) influye directamente en los objetivos que elegimos. Una mentalidad fija nos orienta hacia objetivos de rendimiento, buscando validación externa. Mientras que una mentalidad de crecimiento nos dirige hacia objetivos de maestría, centrados en la mejora personal.
Estos objetivos, a su vez, configuran nuestros patrones motivacionales. Los objetivos de rendimiento suelen generar patrones desadaptativos, donde la motivación depende de mantener alta nuestra autoestima. Mientras que los objetivos de maestría promueven patrones adaptativos, donde la motivación se alimenta del progreso y el dominio de nuevas habilidades.
El círculo se completa cuando estos patrones motivacionales refuerzan nuestra mentalidad inicial. El éxito o fracaso en perseguir nuestros objetivos confirma nuestras creencias sobre nuestras capacidades, creando un círculo virtuoso o vicioso.
La buena noticia es que acabas de conocer este círculo y puedes intervenir. Puedes trabajar conscientemente en desarrollar una mentalidad de crecimiento, puedes replantear tus objetivos para buscar la maestría más que el rendimiento, o puedes modificar tus patrones motivacionales prestando atención a cómo interpretas los obstáculos y el esfuerzo.
Naval nos enseñó que «la educación gratuita abunda en Internet. Lo que escasea son las ganas de aprender». Las investigaciones de Carol Dweck nos ofrecen una hoja de ruta para cultivar esas «ganas de aprender»: adoptando una mentalidad de crecimiento, estableciendo objetivos de maestría y desarrollando patrones motivacionales que conviertan los obstáculos en oportunidades.
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💫 Recomendación de la semana: El poder del «todavía»
Aprendiendo cometerás errores. En función de tu mentalidad, el error tendrá un significado muy diferente. La persona con mentalidad fija, que busca parecer inteligente, evita cualquier error. La persona con mentalidad de crecimiento, que busca ser (más) inteligente, encuentra en el error una oportunidad de aprendizaje. Mientras que el error define a la persona con mentalidad fija: «no puedo hacerlo». Una sola palabra permite a la persona con mentalidad de crecimiento escapar del mundo de los rasgos fijos: «No puedo hacerlo, todavía».
Dweck explica el enorme poder del «todavía» en esta charla TED
Hay una diferencia enorme entre estudiar para demostrar que sabes y estudiar porque quieres entender. Lo primero te da un rato de validación, lo segundo te cambia la forma de pensar. Y ahí es donde yo creo que el aprendizaje empieza a servir para algo de verdad.