#018 ☢️ Cómo aprendió Marie Curie: Aprendiendo a aprender (III)
Encuentro en Barcelona, Jugarse la piel y la segunda parte del milagro del dinero
Marie Curie es una de las científicas más influyentes de la historia. Fue la primera mujer en ganar el premio Nobel, recibiendo el de Física en 1903 junto a su marido Pierre Curie y Henri Becquerel por realizar las primeras investigaciones sobre la radiactividad. Y se convirtió en la primera persona en conseguir dos premios Nobel al recibir el de Química en 1911 por el descubrimiento de dos nuevos elementos de la tabla periódica: el radio y el polonio.
Su vida es un ejemplo de dedicación a la ciencia y al descubrimiento. En esta tercera edición de la serie «Aprendiendo a aprender», recogemos algunas de las ideas que la vida de Marie Curie puede enseñarnos sobre el aprendizaje.
La semilla de la curiosidad
Maria Salomea Skłodowska nació en 1867 en Varsovia, en una familia culta que acababa de perder su fortuna. Por aquel entonces Polonia estaba ocupada por el Imperio ruso. Sus padres: el profesor de Matemáticas y Física Władysław, y la maestra, pianista y cantante Bronisława, le inculcaron desde la infancia el amor por el conocimiento y el aprendizaje.
Cuenta Robert Greene en su libro Mastery que: «Cuando tenía cuatro años entró en el estudio de su padre y se quedó paralizada ante una vitrina que contenía todo tipo de instrumentos de laboratorio para experimentos de química y física». Este hecho fue el que, según Greene, sembró en Maria esa vocación por la ciencia. Así lo describe en su libro: «Años más tarde, cuando entró por primera vez en un laboratorio de verdad e hizo algunos experimentos, se reencontró de inmediato con su obsesión infantil; supo que había encontrado su vocación».
A veces se encuentran en el entorno familiar y otras en un buen profesor. La mayoría de los que dedicamos una parte de nuestro día a aprender sobre el mundo que nos rodea, lo hacemos porque otra persona, en algún momento de nuestros primeros años de vida, sembró las semillas de la curiosidad.
Aprender con pocos medios
La curiosidad de Maria chocaría desde su infancia con una realidad difícil. Debido a las prohibiciones por parte del Imperio Ruso, comenzó su educación en un colegio clandestino. Con sólo ocho años, Maria tuvo que afrontar la muerte de una de sus hermanas por tifus y solo dos años después la de su madre, víctima de latuberculosis. Entonces fue enviada por su padre a un internado y después al instituto, en donde continuó aprendiendo. En este periodo tuvo un parón de un año, se cree que por una depresión.
En Polonia los estudios superiores estaban prohibidos para las mujeres. Asistió a una universidad clandestina que aceptaba mujeres y llegó a un acuerdo con su hermana Bronisława: ella iría a estudiar medicina a París mientras Maria trabajaba para pagar sus gastos y, después, Bronisława haría lo mismo. Durante varios años, María combinó el trabajo como institutriz con la lectura de libros, el intercambio de cartas con profesionales y momentos en el laboratorio que su primo dirigía en Varsovia.
Con 24 años, Maria pudo permitirse el viaje a Francia. Al principio vivió con su hermana, que se había casado con un médico polaco. Después alquiló una modesta buhardilla que le permitía pagar la matrícula de sus estudios en La Sorbona. Marie, como la empezaron a llamar en Francia, tuvo que mejorar su francés y aumentar sus conocimientos en física y matemáticas para alcanzar el nivel de sus compañeros. Todo mientras daba clases por la noche para poder subsistir. En 1893 se licenció en Física como la mejor de su clase y empezó a trabajar en un laboratorio mientras terminaba el último año de su licenciatura en Matemáticas. De estos años en París, se cuenta que Marie no tenía calefacción y que se alimentaba solo de pan, té y fruta, lo que le llevó a vivir varios desmayos por hambre.
Marie fue una mujer talentosa en un mundo de hombres. En la sociedad europea del siglo XIX las oportunidades para el sexo femenino brillaban por su ausencia. Los sacrificios que hizo y las penurias que atravesó son un recordatorio de que los medios para aprender no siempre fueron abundantes. Somos unos afortunados: en el siglo XXI vivimos en una época de abundancia de medios para aprender.
El poder de la colaboración
«Sería una cosa preciosa, una cosa que no me atrevería a esperar, si pudiéramos pasar nuestra vida cerca unos de otros, hipnotizados por nuestros sueños: tu sueño patriótico, nuestro sueño humanitario y nuestro sueño científico». — Carta de Pierre Curie a Maria Skłodowska
Cuando terminó sus estudios en la Sorbona, Marie empezó a colaborar con Pierre Curie, un experto en magnetismo cuyas habilidades le permitían manejar las herramientas de medición más avanzadas de la época. Era un perfil complementario al de Marie que potenció su meticulosidad y capacidad de trabajo.
Con los años, Marie y Pierre se convertirían en una de las colaboraciones más prolíficas de toda la historia de la ciencia. Y en sus jornadas maratonianas en el laboratorio, surgiría el amor. Con el matrimonio, Maria Skłodowska pasaría a ser conocida como Marie Curie.
Existe la extendida y equivocada creencia del genio solitario. El premio se lo llevan individuos pero el aprendizaje y el descubrimiento sucede de la interacción entre personas. Incluso en los grandes descubrimientos, la norma suele ser la colaboración.
En la frontera del conocimiento
En 1896, el físico Henri Becquerel había descubierto que las sales de uranio emitían una radiación capaz de atravesar el papel. Maria había observado que un mineral emitía mayor radiactividad que el uranio y decidió investigar el porqué. Pierre decidió ayudarla.
Durante los siguientes 4 años, en un viejo cobertizo, con problemas económicos y con su recién nacida hija Irène, Marie y Pierre procesaron 10 toneladas de un mineral llamado pechblenda. En este duro proceso, demostraron que la radiactividad es un fenómeno atómico y descubrieron dos elementos nuevos: el polonio, llamado así por el amor hacia su patria de Marie, y el radio, llamado así por la radiactividad que lo caracteriza.
Hoy la radiactividad es un fenómeno conocido, pero en la época de los Curie estaba en la frontera con lo desconocido. Marie decidió recorrer el camino menos transitado. Aunque se convirtió en una de las científicas más reconocidas de la historia, consiguió dos premios Nobel y salvó miles de vidas en la Segunda Guerra Mundial con los primeros vehículos con rayos X incorporados, lo pagó con su vida, víctima de la misma radiación que investigaba. Marie está enterrada en el Panteón de París junto a grandes figuras de Francia como Voltaire o Rousseau. Su vida está repleta de aprendizajes.
La vida de Marie Curie es un ejemplo de cómo la semilla de la curiosidad, sembrada por sus padres, germinó incluso en un entorno donde los medios para aprender eran escasos. Marie encontró los mejores frutos del aprendizaje en su intensa colaboración con Pierre, explorando la frontera de lo desconocido.
Piensa en cómo puedes aplicarlo en tu aprendizaje:
Recupera esas semillas de la curiosidad que alguien sembró en ti cuando eras pequeño e intenta despertar la curiosidad en otros.
Imagina que no tuvieras acceso a todos los recursos para aprender de los que disponemos en el siglo XXI, ¿qué cambiarías en tu forma de aprender? El hambre agudiza el ingenio.
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Esta película biográfica de la vida de Marie Curie, basada en la novela gráfica de Lauren Redniss, cuenta la fascinante vida y el difícil camino de la primera mujer en ganar un premio Nobel. Se puede ver desde prime video.
Aunque no es quizás importante, el texto deja la sensación de que la hermana de Marie Curie no cumplió su parte del acuerdo entre ellas y la dejó pasar hambre y miserias. Sólo puntualizar que no fue así.
El acuerdo entre Marie y Bronisława Curie era un pacto de apoyo mutuo a largo plazo, no un intercambio inmediato. Bronisława se fue primero a París a estudiar Medicina, y Marie trabajó arduamente como institutriz para enviarle dinero y financiar sus estudios. Una vez que Bronisława se estableció como médica, sí comenzó a enviar dinero a Marie para ayudarla con sus estudios de Física y Matemáticas en París, cumpliendo así con su parte del trato.
Sin embargo, la ayuda económica de Bronisława, aunque crucial, no fue suficiente para cubrir todos los gastos de Marie en París. La ciudad era cara, y Marie llevaba una vida extremadamente austera, priorizando sus estudios y viviendo con una frugalidad llevada al extremo, a veces pasando hambre. Además, el contexto de la época, ser mujer estudiando ciencias y la pobreza estudiantil generalizada, hicieron que la situación fuera muy difícil para Marie. Sólo quiero dar a entender que Bronisława sí contribuyó financieramente y que ambas hermanas se apoyaron mutuamente para alcanzar sus metas, aunque las penurias económicas para Marie persistieron a pesar de la ayuda.
La curiosidad es la chispa que enciende el aprendizaje, pero sin determinación y esfuerzo se apaga rápido. Marie Curie no tuvo las condiciones a favor precisamente, y aún así convirtió cada obstáculo en un peldaño. Y que hoy tenemos todos los medios para aprender, dudo de si los estamos aprovechando de verdad.
Gran lectura como siempre Sergio.