#026 🏄 Josh Waizkin: buscar la zona, construir sandalias e invertir en perder | Aprendiendo a aprender (V)
El arte de aprender, próximo encuentro de la comunidad, aranceles, miedo a los números y tercera parte del milagro del dinero
Te damos la bienvenida a otra nueva edición de Aprendiendo a aprender, en la que exploramos las ideas sobre el aprendizaje de personas fascinantes. Después de la investigadora de Stanford Carol Dweck, hoy volvemos con otro aprendiz de campo: Josh Waitzkin.
Waitzkin, que ya tuvo su propio episodio del podcast, fue 8 veces campeón de ajedrez de Estados Unidos en diferentes categorías. Su infancia fue motivo de un libro y de una película bastante conocidos: Buscando a Bobby Fischer. Hasta que, con apenas 18 años, se hartó de la atención mediática y dejó el ajedrez.
De lo que no se hartó es de aprender. Waitzkin se convirtió en campeón del mundo en Tai Chi Chuan, la versión de combate del Tai Chi, y también en cinturón negro de Jiu Jitsu Brasileño. Ahora, a sus 48 años, dedica su tiempo a perfeccionar una versión moderna del surf llamada foiling o foil surfing.
¿Qué podemos aprender de este peculiar aprendiz? ¿Cómo ha conseguido alcanzar la maestría en campos tan diferentes? A través de algunas ideas clave de su libro The Art of Learning, analizaremos los principios que han guiado su fascinante camino y cómo puedes aplicarlos en tu aprendizaje.
La aproximación al aprendizaje de Josh Waitzkin
Si para Tim Ferriss el aprendizaje es un sistema a hackear, para Josh Waitzkin es un camino interior hacia el descubrimiento personal que nos acerca al máximo rendimiento, una forma de autoexpresión sin obstáculos. (Si esto te ha sonado un poco filosófico, prepárate. Waitzkin es un personaje :))
Ferriss busca el estatus de experto en tiempo récord, Josh persigue la maestría auténtica, ese estado de dominio en el que la técnica y la persona se funden. En artes marciales se conoce como «sin mente» (mushin) a ese estado donde la acción surge de forma inconsciente, como una expresión natural del ser.
El aprendizaje no es sólo cuestión de acumular conocimientos, también se necesita profundizar en uno mismo. No parecer que sabes, sino saber de verdad, hasta el punto en el que la disciplina se convierte en una extensión natural de tu persona.
Esta aproximación al aprendizaje está relacionada con las cuatro etapas de competencia:
Incompetencia inconsciente. La puerta de entrada a cualquier habilidad nueva. En esta etapa no sabemos lo que no sabemos. El principiante en ajedrez ni siquiera conoce los patrones básicos del juego.
Incompetencia consciente. En esta segunda etapa nos empezamos a dar cuenta de lo mucho que nos queda por aprender. Comenzamos a ver patrones, pero todavía no somos capaces de responder con acierto.
Competencia consciente. Ya sabemos qué hacer, pero nos exige una gran concentración. Un jugador intermedio de ajedrez puede calcular buenas jugadas, pero necesita mucho tiempo y esfuerzo para cada una.
Competencia inconsciente. En esta última etapa, la habilidad se ha integrado en nuestro ser. Los mejores jugadores de ajedrez «sienten» la posición correcta sin necesidad de calcular cada variante. Muchos hemos logrado esta competencia inconsciente en actividades cotidianas como andar o conducir, en las que no tenemos casi que pensar para realizarlas.
El momento más crítico para dominar una habilidad es pasar de la incompetencia consciente (sé lo que hago mal) a la competencia consciente (sé lo que hago mal y le pongo solución). Es en el paso entre estas dos etapas cuando solemos frustrarnos y tiramos la toalla.
Waitzkin ha dedicado mucho tiempo a entender el aprendizaje y ha desarrollado una mentalidad y un conjunto de herramientas para llegar al dominio de casi cualquier habilidad. Vamos a explorar tres de ellas.
Busca la zona
Para Waitzkin, el aprendizaje más profundo ocurre en lo que él llama «la zona» – ese estado mental donde el tiempo parece detenerse y la acción fluye sin esfuerzo. Es lo que el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi denominó «flow», ese estado de inmersión total en lo que hacemos, en el que nos sentimos con energía, concentrados y disfrutando; hasta el punto de que perdemos la noción del tiempo.
Josh observó que tanto en el ajedrez como en las artes marciales, sus mejores actuaciones ocurrían cuando estaba completamente presente, cuando desaparecía la separación entre él y la actividad. No estaba «pensando» en jugar al ajedrez; estaba siendo el ajedrez.
Para cultivar este estado, Waitzkin busca desarrollar rutinas que nos permitan entrar en la zona a voluntad. El propio Josh comenzaba con la respiración y luego utilizaba «disparadores»: pequeños gestos o rituales que había condicionado para activar su estado de concentración óptima. Puede ser una canción, tomar una bebida especial o toda una sucesión de gestos que incluyan sacarte los calzoncillos del culo. La idea es que realices una serie de acciones previas que te orienten hacia el estado de concentración óptimo.
Construye unas sandalias
En el podcast, comentamos cómo Waitzkin sale con su hijo a jugar bajo la lluvia cada vez que llueve para enseñarle a no depender de condiciones externas perfectas.
En psicología esto se conoce como locus de control: externo cuando creemos que lo que nos ocurre depende de factores ajenos, o interno cuando asumimos la responsabilidad y el control sobre nuestra vida. La idea de construir sandalias va en la línea de adoptar un locus control interno.
Cuando alguien camina descalzo por un camino lleno de piedras afiladas tiene dos opciones para seguir andando: puede intentar cubrir todo el suelo o puede construirse un par de sandalias. Podemos intentar controlar todas las variables externas (cubrir el suelo) o podemos desarrollar recursos internos que nos permitan adaptarnos a cualquier circunstancia adversa (fabricar sandalias).
En el ajedrez, Waitzkin observó cómo muchos jugadores memorizaban aperturas y variantes específicas. Cuando se enfrentaban a posiciones que conocían, rendían extraordinariamente bien. Cuando salían de su terreno, se desmoronaban. Habían intentado cubrir el suelo en lugar de desarrollar habilidades para navegar en cualquier circunstancia.
Fabricar sandalias significa construir capacidades internas en lugar de depender de las condiciones externas ideales. Significa desarrollar principios fundamentales en lugar de técnicas específicas. Significa cultivar la adaptabilidad en lugar de la rigidez. Para construir sandalias tendrás que invertir en perder.
Invierte en perder
Estamos cableados para optimizar el uso de energía, lo que nos empuja a mantenernos en la tan manida zona de confort. Queremos estar en lo cierto, no equivocarnos. Queremos seguir nuestra rutina y nuestros hábitos, en piloto automático. Pero si buscamos dominar una habilidad, necesitamos justo lo contrario: dejar el ego a un lado, romper con lo que llevamos haciendo hasta ahora y ponernos a prueba.
Invertir en perder significa ponerte en una situación difícil que demuestre tu incompetencia. Aunque en el corto plazo es doloroso, en el largo es lo que te permite desarrollarte. En el caso de Waitzkin, cuando estaba aprendiendo Tai Chi Chuan, prefería enfrentarse a personas mejores que él. En el corto plazo, perdía una y otra vez los combates; en el largo, construyó las habilidades necesarias para ganar el campeonato del mundo. Invertir en perder es aceptar un corto plazo difícil para construir aprendizajes significativos y duraderos.
Los principios de Waitzkin nos invitan a un aprendizaje más profundo y auténtico.
Buscar la zona nos recuerda que para desarrollar la maestría tendremos que estar plenamente presentes en lo que hacemos.
Construir sandalias nos enseña que desarrollar recursos internos es más valioso que depender de las circunstancias externas ideales.
Invertir en perder nos muestra que el verdadero crecimiento requiere salir de nuestra zona de confort y enfrentar la incomodidad del fracaso.
Con estos tres principios, Waitzkin nos invita a recorrer un camino de eliminar obstáculos para expresar quienes somos.
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📙 Recomendación de la semana: The Art of Learning, de Josh Waitzkin
Si con esta edición y el podcast sobre Waitzkin te han sabido a poco, puedes profundizar en su peculiar visión sobre el aprendizaje en el libro The Art of Learning.
«Los campos del aprendizaje y el rendimiento son una exploración de lo gris, de lo intermedio. Existe un cuidadoso equilibrio entre esforzarse sin descanso, pero no tanto como para derretirse.
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Un competidor tiene que estar orientado al proceso, buscando siempre rivales más fuertes para estimular el crecimiento, pero también es importante seguir ganando lo suficiente para mantener la confianza».
Invertir en perder significa ponerte en una situación difícil que demuestre tu incompetencia. Aunque en el corto plazo es doloroso, en el largo es lo que te permite desarrollarte.
Me ha gustado mucho este punto.
Dejar de acumular técnicas y empezar a usarlas sin pensar, como parte de ti. Llegar a ese punto en el que ya no estás pensando qué hacer, simplemente lo haces. Sin esfuerzo aparente, cuando parece que no haces nada especial, y resulta que es cuando te acaba saliendo lo mejor.