#040 🤖 Cómo vivir y trabajar con la Inteligencia Artificial (y II)
Vidas que valen la pena, trabajar con magos y el primer encuentro online de esta 8ª temporada.
En la última edición hablamos de cómo convivir con la inteligencia artificial siguiendo las cuatro reglas de Ethan Mollick: invitarla siempre a la mesa, ser la aportación en el bucle, darle un personaje y asumir que hoy usamos el peor modelo que usaremos jamás.
En esta edición profundizamos en la tercera regla —darle un personaje— para ver dos de los roles más útiles que puede asumir la Inteligencia Artificial.
La Inteligencia Artificial como compañera de trabajo
«Imagina a tu colaborador de IA como un becario infinitamente rápido, ansioso por complacer, pero con tendencia a tergiversar la verdad».
Para decidir cómo trabajar con ella, Mollick propone dividir las tareas en tres categorías:
Tareas solitarias. En las que la IA no aporta o consideramos que queremos reservarlas exclusivamente para humanos por motivos éticos o personales. Como leer por placer.
Tareas delegadas. Asignamos estas tareas a la IA porque suelen ser tediosas, repetitivas o consumidoras de tiempo. Pero hay una persona responsable que revisa los resultados. Por ejemplo: presentar la declaración de la renta.
Tareas automatizadas. La IA es capaz de hacerlas sin revisión, como la gestión del spam en el correo electrónico. Aquí es donde entran los agentes, sistemas capaces de percibir y actuar sobre el entorno. Por ejemplo: reservar el transporte para un viaje de trabajo.
Dentro de las tareas delegadas, Mollick diferencia dos formas muy distintas de colaboración:
El centauro. Cuando existe una división clara del trabajo entre el humano y la máquina en función de las fortalezas de cada uno. Por ejemplo: el humano escribe, la máquina revisa; o la IA genera ideas y la persona selecciona las mejores.
El cyborg. Cuando no hay separación. Humano y máquina se integran en un mismo flujo. Así escribió Mollick su libro: la máquina le ayudaba a superar el bloqueo del escritor, a mejorar párrafos, a resumir documentos y a retocar apartados del libro con tres personalidades diferentes.
El reto es no automatizar ni delegar lo que nos hace humanos. Y te preguntarás: ¿qué nos hace humanos? Responder a esa pregunta es el reto que tenemos por delante. Pero este tweet de la escritora Joanna Maciejewska nos da una pista:
«Quiero que la IA se encargue de lavar la ropa y fregar los platos para poder dedicarme al arte y a la escritura, no que la IA se encargue de mi arte y mi escritura para poder lavar la ropa y fregar los platos».
La Inteligencia Artificial como tutor personal
La Inteligencia Artificial es un arma de doble filo. Puede atrofiar nuestra cognición pero también puede llevar nuestro aprendizaje al siguiente nivel.
Muchos profesores están prohibiendo el uso de lenguajes de inteligencia artificial porque los alumnos los utilizan para copiar los deberes. Mollick hace justo lo contrario en Wharton: no solo permite la IA, sino que la hace obligatoria. Eso sí, adapta el tipo de problemas a los recursos que tiene el alumno.
Hace décadas, el pedagogo Benjamin Bloom observó que los alumnos con tutor personal superaban al 98 % de sus compañeros en clases tradicionales. Este fenómeno, conocido como The 2 Sigma Problem, ha sido imposible de replicar a gran escala debido al impacto en los costes. Pero la Inteligencia Artificial podría hacerlo posible.
Un ejemplo inspirador es Alpha School, una red de escuelas privadas que combina una plataforma basada en inteligencia artificial con educadores que actúan como guías. Los niños completan sus asignaturas básicas en apenas dos horas al día gracias a su tutor de inteligencia artificial, y dedican el resto del tiempo a talleres, habilidades vitales y proyectos prácticos.
Seguramente el sistema educativo tarde años en cambiar, pero nosotros no tenemos que esperar a que ocurra. Con una cuenta personal en cualquier LLM (ChatGPT, Gemini, Claude, etc), puedes conseguir explicaciones adaptadas a tu nivel y feedback personalizado.
En estas dos ediciones de la newsletter hemos visto las reglas de la cointeligencia y dos de los roles más útiles que puede asumir la IA. Pero esta historia apenas está empezando. La tecnología seguirá cambiando y nosotros con ella.
La verdadera pregunta no es qué puede hacer la inteligencia artificial, sino qué queremos hacer nosotros con ella. Porque nosotros damos forma a la tecnología, pero la tecnología después nos da forma a nosotros.
🎙️ Episodio de la semana: #242 Pablo Melchor: vidas que valen la pena
Una maravillosa charla con Pablo Melchor sobre:
🫧 Las burbujas en las que vivimos
◻️ El gradiente del éxito y el fracaso
⭐️ Lo que hace que una vida valga la pena
🛡️ La seguridad de la crítica
➕Y mucho, mucho más
Web | Apple | Spoti | iVoox | YT
🔒 Novedades en la comunidad
Únete a la Comunidad kaizen para apoyar económicamente el proyecto y acceder a un foro en el que encontrarás a otros curiosos compulsivos, recomendaciones de cientos de libros y películas, tendrás acceso a contenidos exclusivos, a un feed sin publicidad, a sesiones de mentoría con Jaime y a los encuentros digitales.
🥊 ¿Está desapareciendo la clase media? Participa en el debate a través de este post.
🔗 ¡Dos nuevos recursos en la sección de Enlaces! Un nuevo podcast sobre el futuro de la democracia y una web sobre conflictos intratables.
📅 Todavía estás a tiempo de apuntarte al primer encuentro virtual de la 8ª temporada. Será el 30 de septiembre a las 18:30 (el lunes que viene) y repetiremos el formato de las últimas ediciones: un libro, una peli y un tema a debatir.
🎬 (Documental) Sam Green - 32 sounds (2023)
🗯️Debate: ¿Qué hace que una vida sea valiosa?
🧙 Recomendación de la semana: On Working with Wizards
Mollick comparte una nueva metáfora para acercarse a los últimos avances de la inteligencia artificial.
«Es una transición de trabajar con una co-inteligencia a trabajar con un mago. La magia se hace, pero no siempre sabemos qué hacer con los resultados. Este patrón —resultados impresionantes, proceso opaco— se hace aún más pronunciado con las tareas de investigación».