#035 😖 La paradoja de la elección
Ilusión de control, último encuentro de la temporada, coaching probono, IA sin humo y mucho más
En Occidente hay una idea que damos por sentado: maximizar la libertad nos beneficia. La libertad es buena por sí misma, porque es un valor deseable. Y es buena por sus consecuencias, porque cuanto más libres seamos, mejor viviremos. Por eso, la sociedad de consumo trata de cumplir esa promesa multiplicando las opciones disponibles. Sin embargo, Barry Schwartz nos alerta de los peligros de esta estrategia en su libro La paradoja de la elección.
Obviamente, la falta total de opciones nos roba la autonomía necesaria para vivir una buena vida. Pero tener demasiadas, paradójicamente, puede convertirse en una cárcel. Cuantas más opciones tenemos, más nos paralizamos, más fácil es arrepentirse y más probable es que la realidad no esté a la altura de unas expectativas cada vez más altas.
Cuando hay demasiadas opciones
Para nuestros abuelos, comprar el pan era simple: ibas y pedías una barra. Hoy, te enfrentas a un mostrador con decenas de opciones: integral, de masa madre, de centeno, de maíz, con nueces, sin gluten... Y no ocurre solo con el pan. La expansión de opciones ha llegado también a aspectos fundamentales de la vida como el trabajo, la pareja, la religión, incluso el tipo de persona que quieres ser.
Esta aparente libertad tiene un coste. Cuantas más opciones hay, más energía, tiempo y responsabilidad exige cada decisión. Comparamos, evaluamos, dudamos… y ese esfuerzo se va acumulando generando un desgaste mental conocido como fatiga de decisión, al que dedicamos uno de los primeros episodios del podcast. Cuando se produce por elecciones triviales caemos en lo que Barry Schwartz llama la tiranía de las pequeñas decisiones.
Pero el problema no es solo el agotamiento. Tantas opciones nos empujan hacia muchos de los factores que nos dificultan ser felices. Más alternativas elevan nuestras expectativas: con tanto para elegir, debería ser posible decidir mejor. Sin embargo, la realidad rara vez está a la altura de esa expectativa inflada.
En cuanto elegimos, nuestra atención se va a lo que dejamos atrás. Se abre la puerta al arrepentimiento. Pensamos en lo que podríamos haber hecho distinto. Cuantas más alternativas, más fácil es caer en el «¿y si lo hubiera hecho diferente?». Si además sentimos que la elección fue nuestra, el arrepentimiento se vuelve personal y se transforma en culpa.
A ese malestar se suma la adaptación hedónica. Incluso cuando las cosas salen bien, nos acostumbramos rápido. El placer de hoy mañana dejará de ser suficiente.
La comparación social lo complica todo aún más. No solo evaluamos nuestras decisiones en términos absolutos, sino en relación con lo que otros hacen, tienen o muestran. En una cultura donde se comparten los highlights, siempre encontraremos a alguien aparentemente más feliz, más exitoso y que ha tomado mejores decisiones.
El resultado no es libertad y bienestar, sino una mezcla de fatiga, expectativas frustradas, culpa, insatisfacción y una vida atrapada en la comparación constante.
11 prácticas para escapar de la trampa
¿Qué hacer para no quedar atrapados en la trampa de la elección? Barry Schwartz termina su libro con una serie de prácticas sencillas pero poderosas. No eliminan las decisiones, nos enseñan a elegir mejor en un mundo plagado de alternativas.
1. Elige cuándo elegir
No todas las decisiones merecen el mismo tiempo ni la misma energía. Identifica cuáles son realmente importantes en tu vida. Establece tus límites: dedica tu atención a lo que de verdad importa y deja que muchas otras decisiones simplemente pasen.
2. Con lo que importa sé chooser, no picker
Un picker escoge sin pensar. Un chooser reflexiona: considera si alguna opción es realmente buena, si puede crear una mejor o si esa elección encaja con quién quiere ser. Automatiza lo trivial con hábitos, normas o rutinas para dedicar tu atención a las decisiones que de verdad importa.
3. Aprende a decir “suficiente”
Nunca olvides la importancia de lo suficiente. Los maximizadores buscan lo perfecto y pagan un alto precio emocional. Define tu «suficientemente bueno» y aplícalo a las decisiones.
4. Deja de darle vueltas al coste de oportunidad
Considerar los costes de oportunidad tiene sentido, pero hacerlo en exceso solo genera insatisfacción. Cuanto más piensas en lo que perdiste, menos valoras lo que ganaste. Pensar en el coste de oportunidad también tiene un coste de oportunidad.
5. Haz las decisiones más difíciles de deshacer
Tener la posibilidad de cambiar de opción suena bien, pero a menudo reduce nuestra felicidad. Cuando una decisión es final, tendemos a sentirnos mejor con ella. Si puedes, comprométete y cierra la puerta. Ganarás tranquilidad.
6. Practica la gratitud
La gratitud es un antídoto frente a la decepción, la comparación y la adaptación. Hacerlo de forma activa (como agradecer cada día tres cosas) pone tu atención en lo bueno que ya tiene tu vida y no en lo que le falta.
7. Lamenta menos
El arrepentimiento paraliza. No se trata de ignorarlo, sino de ponerlo en perspectiva. La mayoría de decisiones no determinan tu destino. Si ya elegiste, rumiar sobre lo que podría haber sido solo te impide disfrutar de lo que es.
8. Anticipa la adaptación
Nos acostumbramos a casi todo. Esperar que algo nos haga felices para siempre es garantía de decepción. Acepta esta realidad y no sobrevalores lo que está por venir.
9. Baja tus expectativas
Si todo tiene que ser increíble, todo te decepcionará.
10. Compárate menos
Tu vida no es una competición con los demás. Deja de mirar tanto lo que comparten otros y vive tu vida.
11. Aprende a querer las limitaciones
Decidir menos puede ser una forma de libertad. Las reglas, los hábitos y las heurísticas te quitan peso de encima y te dan espacio mental para pensar en lo que de verdad importan.
En un mundo donde cada vez hay más alternativas y decisiones, el verdadero reto es saber cuándo dejar de elegir.
🎙️ Episodio de la semana: #238 Ilusión de control, control de la ilusión
Cómo nos creemos los capitanes de nuestras vidas y sus consecuencias. Por el camino:
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👿 Si disfrutaste del episodio de kaizen con Pablo Malo, aquí encontrarás una ración extra de moralidad y sus peligros.
Recomendación de la semana: Sketchplanations
Jono Hey comparte en Sketchplanations viñetas sobre bienestar, productividad, sesgos cognitivos o motivación. En este explica la paradoja de la elección. Tiene otros explicando ideas como el efecto cobra o el sesgo del superviviente.