#008 🐉 Más allá de la resiliencia: la antifragilidad
César Astudillo, el principio de Shirky y las reglas de vida de Nassim Taleb
¿Qué es lo contrario de la fragilidad? El título rompe la magia pero si se lo preguntaras a alguien por la calle, posiblemente te respondería «robustez» o la tan manida palabra «resiliencia». El filósofo libanés Nicolás Nassim Taleb acuñó la antifragilidad, una idea de la que ya te hablamos en el tercer episodio del podcast pero que se merece una edición completa de esta newsletter.
«El viento apaga una vela y aviva el fuego. Lo mismo sucede con el azar, la incertidumbre, el caos: queremos usarlos, no ocultarnos de ellos. Queremos ser el fuego y desear el viento». Así comienza el prólogo de Antifrágil. Frente al viento, la vela es frágil; el fuego, en cambio, es antifrágil. Mientras que para no apagarse la vela tiene que evitar el viento, el fuego se expande con su llegada.
Taleb recurre a la mitología para explicar lo que él llama la Triada: la fragilidad, la robustez y la antifragilidad. Damocles fue un cortesano adulador al que, para que escarmentara, el tirano Dionisio le invitó a ocupar su trono durante un banquete mientras una espada sujeta por un único pelo de caballo colgaba sobre su cabeza. Al mínimo cambio, el pelo podía romperse y Damocles moriría atravesado por la espada. Damocles era frágil. El fénix es un ave mitológica que, al morir, renace de sus cenizas. Pase lo que pase, el fénix volverá a su estado inicial. El fénix es robusto. En el segundo trabajo de Hércules, el héroe tenía que acabar con la hidra de Lerna: una criatura marina de múltiples cabezas. Esta criatura contaba con la peculiaridad de que, cuando le cortaban una cabeza, le salían dos. La hidra es antifrágil.
La hidra es antifrágil a los cortes salvo si quemas el muñón del cuello después de la decapitación. Así fue como Hércules, con ayuda de su sobrino Yolao derrotó a la bestia. Volviendo a las líneas que abren el prólogo del libro, el fuego es antifrágil al viento pero no al bicarbonato de sodio y al ácido sulfúrico que contienen los extintores. De estos dos ejemplos extraemos un aspecto fundamental de la antifragilidad: es una cualidad contextual, no global.
En su libro Taleb realiza una crítica a la obsesión por el orden y la optimización de la modernidad, que fragiliza los sistemas privándolos de desorden. Se puede ver en los padres que, con todas las buenas intenciones del mundo, sobreprotegen a sus hijos. Cuando la vida golpea con fuerza no están preparados para resistir el golpe. Y se puede ver en las organizaciones y en los gobiernos que, buscando mejoras o ahorros a corto plazo, eliminan los recursos dedicados a catástrofes o sucesos improbables porque no ven un retorno inmediato. Y cuando llega el suceso improbable no están preparados para hacerle frente. Buscar solo lo que es útil, rentable y eficiente en el corto plazo nos acaba fragilizando como individuos y como sociedad.
La antifragilidad del cuerpo humano
Nuestro cuerpo es antifrágil porque sale reforzado de estresores. Piensa en el sistema inmunitario. Las defensas del cuerpo se desarrollan cuando las exponemos a factores externos negativos, como bacterias o virus. Si nada más nacer nos hubieran metido en una burbuja de la que nos sacaran al cumplir los 20 años, lo más probable es que enfermáramos y muriésemos casi de inmediato. Nuestro cuerpo es un sistema antifrágil: necesita de estímulos negativos externos para mejorar.
Marcos Vázquez habla mucho de la hormesis. Cargarte una tonelada sobre la espalda te mata. Ponerte una barra con peso para hacer sentadillas, te hace más fuerte. Actividades que en exceso son perjudiciales, como la actividad física, el sol, el frío o el ayuno, mejoran nuestra salud en dosis moderadas.

Eliminar todos estos estresores de nuestra vida, nos termina fragilizando. El confort extremo nos conduce directos a la enfermedad. Otra perspectiva relacionada es la de la alostasis, que es la capacidad de mantener la estabilidad a través del cambio. Al someternos a fuerzas externas recuperamos nuestra estabilidad, pero no volviendo a ser como éramos antes, sino modificando nuestros comportamientos o transformándonos de alguna manera. Sin ir más lejos, todos en la vida pasamos por etapas de redefinición, momentos en los que nos reinventamos y cambiamos, normalmente con el objetivo de seguir siendo nosotros mismos.
La antifragilidad de la información
La información es antifrágil. Los intentos de censurar o callar a ciertas personas, libros o mensajes acaban por dar mayor visibilidad. A este fenómeno se le llama efecto Streisand por el caso de Barbara Streisand. En 2003, esta cantante y actriz denunció a un fotógrafo porque en una de sus fotos de la costa de California, había un primer plano de su casa. Barbara perdió el juicio, tuvo que pagar los honorarios legales del fotógrafo y la foto de la casa de Barbara pasó de tener seis descargas antes de la demanda a más de 420 mil descargas en un mes. Del intento de censura, la información salió reforzada.
En esta página de la Wikipedia puedes conocer algunos casos más de este fenómeno que van, desde faraones que se intentaron borrar de la historia, hasta la recogida de firmas pidiendo retirar el cartel de este año de la Semana Santa de Sevilla, pasando por la prohibición de Noruega de la película de los Monty Python La vida de Brian, o el intento del PP de silenciar el «viva el vino» de Mariano Rajoy.
Dónde no ser antifrágil
Taleb cierra Antifrágil con una reflexión ética. Algunas personas, como políticos o banqueros, aprovechan la complejidad actual de la regulación y la sociedad para asumir riesgos a costa de los demás. El político cobra su sueldo aunque esté arruinando a su país, y después trabajará en una gran empresa donde cobrará un sueldo todavía mejor. El banquero recibe su bono por los productos financieros vendidos aunque sus clientes pierdan dinero con ello. Cuando estalla la crisis, conserva además su patrimonio.
Para eliminar este tipo de comportamientos hay que jugarse la piel. No está bien hacerse antifrágil a costa de los demás. Quien asume las consecuencias positivas de sus acciones, debe estar dispuesto también a asumir las negativas. Es buena idea buscar la antifragilidad en un mundo repleto de incertidumbre, pero nunca a costa de los demás.
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🐺 La antibiblioteca de kaizen sigue creciendo, esta vez con una recomendación muy particular: un relato inquietante a través de los ojos de un hombre lobo.
💊 «Las empresas farmacéuticas son mejores inventando enfermedades que encajen con fármacos existentes que inventando fármacos que encajen con enfermedades existentes». Este provocador aforismo de Nassim Taleb muestra el lado oscuro del principio de Shirky. Descubre este modelo mental en este post.
🎙️ Episodio de la semana: #216 César Astudillo: conocimiento aparentemente inútil, innovación y narrativas
El último capítulo del año es esta fascinante charla con César Astudillo sobre: 👓 las lentes de la innovación, 🌊 olas y tendencias, 🖋️ el pensamiento narrativo, 🖖 nuestra identidad, 🕹️ la ilusión de control 💬 y mucho más.
Como siempre, en varios sabores:
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🦢 Recomendación de la semana: «Nassim Taleb: my rules for life»
En esta entrevista de The Guardian puedes acercarte a uno de los pensadores más influyentes y peculiares de nuestro tiempo, y a su obra magna: Antifrágil.
«Una vez que superas la idea de que estás leyendo una especie de libro de economía popular y te das cuenta de que se trata básicamente de Las reglas de la vida de Nassim Taleb, resulta bastante ameno. Muy excéntrico, es cierto, pero muy legible y algo así como un código de honor caballeresco para el siglo XXI. La vida moderna es similar a una enfermedad de estrés crónico, dice. Y la forma de combatirla es abrazar el azar en todas sus formas: vive fiel a tus principios, no vendas tu alma y ten cuidado con los carbohidratos».
«Taleb es un luchador. Y como los generales romanos, cree que hay que ir a la batalla, liderando desde el frente».
Enhorabuena por este post.
La crítica de Taleb a la vida moderna tiene mucho que ver con nuestra obsesión por controlar el clima. De hecho, Taleb define la modernidad como «la dominación a gran escala del entorno, el alisamiento sistemático de las irregularidades del mundo y la represión de la volatilidad y los estresores por parte del ser humano».
La conexión de Antifrágil con la arquitectura es bestial. Hoy construimos edificios que nos aislan del clima y de los ciclos naturales. Un error que afecta a la salud humana y planetaria.